Manías

Foto de Blasco Visual Media

Cuando la ve caminar hacia él, se acuerda de lo mucho que odia que vaya descalza por casa. No soporta su manía de sacarse los zapatos y que luego se meta en la cama con pies sucios.

Cuando lo ve ahí esperándola, se acuerda que no aguanta que él ponga cara de asco al mirarle los pies antes de ir a la cama.

No soporta su voz de pito cuando le dice que baje la tapa del váter. ¡Ni que un monstruo pudiera entrar por el agujero!

Le repulsa que deje la tapa del váter abierta, es como si fuera un insulto a la inteligencia humana. ¡Tantos años de evolución y no es capaz de bajar una tapa!

Está harto de recoger las botellas de agua vacías que ella va dejando por toda la casa ¿Tan difícil es tirarlas a la basura? ¿Reciclarlas?

Le irrita la cara de condescendencia cuando coge una de las botellas y la mira como si dejar botellas vacías fuera un delito.

La mataría cuando camina con ese ritmo que parece que no llega tarde, como si el mundo siempre la pudiera esperar. Ahora parece que alarga los pasos incluso para joderlo.

Lo ahogaría cuando camina como si alguien importante lo esperara. No puede soportar que siempre pasee dos metros por delante de ella, como si le importara una mierda que ella vaya detrás intentando seguir el ritmo.

Le saca de quicio que ella no entienda que cuando ve la tele no quiere tener conversaciones trascendentales sobre la vida. Si quiere hablar, ¿por qué no lo dice antes de encender el televisor?

No comprende que no sea capaz de hacer dos cosas a la vez. Si están viendo una serie, ¿por qué no puede articular ni una sola palabra?

–Estamos aquí reunidos…

¡Y esa manía que tiene de no oír el despertador! ¿Cómo es posible? Podría caer una bomba en el jardín y ella ni se inmutaría.

¡Y esa manía que tiene de despertarse temprano! ¿Tan difícil es quedarse en la cama sin hacer nada?

–¿Aceptas a Renata como legítima esposa?

Odia su nombre.

–Sí, quiero.

–¿Aceptas a Severo como legítimo esposo?

Odia su nombre.

–Sí, quiero.

Es la mujer de mi vida.

Es el hombre de mi vida.

–Por el poder que me ha sido concedido, yo os declaro marido y mujer.