
“Estaré sola y sin fiesta” es una novela que te muestra de manera ágil dos historias paralelas.
Por un lado tenemos la protagonista: una joven que encuentra el diario de Yna en la basura. Su línea narrativa principalmente se desarrolla mientras busca qué fue de la autora del diario misterioso. Se junta en esa búsqueda una crisis existencial (que podemos achacar a la cercanía de los treinta) su hastío con la vida en general, la relación con su pareja, con su trabajo etc.
Por otro lado, mientras la protagonista busca respuestas a través de la investigación, descubrimos la historia de Yna, la persona que escribió el diario. Siempre conoceremos esta trama a través de las investigaciones de la protagonista, haciendo saltos temporales bien estructurados y que te guían a través del tiempo con mucha maestría.
Mientras lee el diario, la obsesión que tiene la protagonista de saber quién era Yna crece mientras viaja a Barcelona, Bilbao o Zaragoza para seguir las pistas que deduce del diario. Se pasa buena parte del tiempo buscando al supuesto amante de Yna, Alejandro. Sigue cada uno de lo indicios que encuentra y acaba encontrando a dos posibles candidatos.
Mientras todo esto pasa, su vida se queda como en pausa. El diario es una manera de escapar de una realidad que no le gusta ni le motiva. Su obsesión, casi enfermiza, le hace replantearse su entorno y muchas veces, dos vidas que parecían paralelas se entrecruzan para casi fundirse en una sola trama.
Te gustará este libro si empatizas con las protagonistas en plena crisis de adultez, si te gustan las historias bien tejidas y los interrogantes abiertos a una gran imaginación. El personaje principal está muy bien plasmado y su obsesión está descrita de una manera que acabas obsesionándote .
No leas este libro si lo que buscas es una novela de acción trepidante. Aunque pasan muchas cosas en el transcurso de las páginas, el ritmo no tiene nada que ver con la intriga y la gracia de las novelas de Agatha Christie.
Me sorprendió de este libro el primer capítulo: te habla de un gran hongo que existe en un bosque lejano y que se expande a través de la tierra. Hasta que no has avanzado bastante en las páginas de la historia, no entiendes el porqué de ese primer capítulo. Esa explicación detallada de un hecho científico parece no tener la más mínima importancia hasta que te das cuenta que te ayuda mucho a entender la psicología del personaje.
En mi opinión, Barquinero tiene un estilo bastante parecido al Lana Bastašić. No sé si es una cuestión generacional, que podría ser aunque entre ellas se lleven 8 años, o pura coincidencia. Leyendo «Estaré sola y sin fiesta» me ha parecido que el tono, la manera de explicarse, las inquietudes de los personajes, tenían bastante que ver con Atrapa la liebre. Aunque la historia no tenga nada que ver y las autoras sean de dos mundos totalmente distintos, me ha parecido curioso encontrar estas coincidencias en la voz narrativa.
Desde mi punto de vista, creo que una de las cosas que más engancha en este libro es el hecho que está en auge crear protagonistas en plena crisis existencial.
Esto sí me parece una un tema generacional. Creo que los que nacimos en los 80 y los 90 no nos cuesta nada vernos reflejados en historias que retratan uno de los principales problemas de nuestra generación: la pérdida de identidad, o más bien lo llamaría el caos identitario: somos una generación perdida entre el exceso de información, el exceso de formación, la falta total de motivación y la dificultad para llevar el cambio generacional que supone que antes la vida estaba pautada de una manera muy clara y ahora vivimos al día con inmediatez y casi con prisas. Yo creo que esto hace que empaticemos tanto con los libros cuyos protagonistas superan o pasan por una crisis de los 30 o de los 40 porque es más o menos lo que estamos viviendo todos.
No sé si Sara Barquinero es el descubrimiento del año, lo que sí puedo decirte es que vale la pena leerla.