De Grinch infantil a opositora a súper mami

Foto de Blasco Visual Media.

A mí antes no me gustaban los niños (bueno mi sobrinos sí, pero para un rato porque son intensos a morir) porque me parecían seres extraños que nunca supe cómo manejar. Cuando daba clases de inglés los trataba como adultos, hasta que un niño me pidió que le acompañara al lavabo para limpiarle el culo y yo pensé “¿por qué no se lo limpia él?” Pues obvio… no tiene ni cuatro años. Yo antes era una Grinch de los niños. Ni siquiera cogía bebés porque pensaba que se les podía caer la cabeza. De hecho, no cogí nunca ninguno hasta que nació Arlet y, por ser la madre, quedaba un poco mal decir que me daba miedo que el cuello se le partiera en dos y la cabeza saliera rodando como si de una bola de bolos se tratara.

A Arlet jamás se le ha caído la cabeza. Bueno, de hecho, ella la aguanta desde muy muy pequeña (como salga hiperactiva como su padre, los facturo a los dos a un internado en Irlanda, sin remordimientos, cuando ella entre en la pubertad). Antes de conocerla no tenía ni idea de nada que tuviera que ver con el mundo bebé. Si veía un nene por la calle era incapaz de decir si tenía 2 meses o 10 (aunque ahora las diferencias me parecen obvias), tampoco sabía que los bebés a veces tienen sueño y lloran porque no pueden dormir. Cuando esto le pasa a mi hija de casi 4 meses le digo que cierre los ojos y se relaje (obviamente eso no funciona, pero yo sigo intentándolo).

Me he dado cuenta que miro a los bebés diferente. Y a las madres, también. El otro día me estaba tomado un café sola en una terraza (sí, también oposito a malamadre y me tomo tiempo para mí) y vi un bebé mucho más pequeño que mi hija. Hay dos cosas que me sorprendieron de ese momento. La primera: fui capaz de distinguir que ese bebé no tenia apenas dos meses. La segunda: odié a la madre por estar tan delgada teniendo un retoño de esa edad. Lo siento, pero da mucha rabia ver mujeres en pleno postparto con una figura sin señal alguna de embarazo reciente. Esto debería estar prohibido para preservar la autoestima de las madres cuyo cuerpo va a tardar más de 9 meses a volver a ser lo que era antes (si algún día llega a ser igual, yo a mi entrenadora le he dicho que quiero que mi cuerpo sea mejor que antes, me podéis llamar optimista si queréis).

Ser madre me ha convertido en alguien a quien me cuesta reconocer. A veces me sorprendo cuando mi madre coge a mi hija y camina con ella en brazos como si fuera un saco de patatas y pienso “Mamá, ¡joder! que lo que llevas ahí es mi heredera, no una pelota de rugby”. Pero mi madre ha criado a tres niños con éxito y los tres hemos sobrevivido, así que intento sacarle hierro a la asunto; seguro que de niños sabe ella más que yo. Lo que no me explico es como hemos sobrevivido con mi padre. Supervivencia pura, supongo, el ser humano está diseñado para sobrevivir a pesar de tener padres despistados. Sin embargo me cuesta entender como las madres (en general, no la mía que se guarda mucho de decirme nada) son capaces de dar consejos como si fueran expertas. Tener un niño no te convierte en especialista, yo llevo una L de novata tan grande que puede llegar a doblarme el cuello. Cada niño es un mundo y probablemente a la persona que te está escuchando no necesita tus consejos en plan “yo sé más que tu porque ya soy madre”, sino simplemente quiere desahogarse.

El desahogo es importante. Está bien asumir que no puedes con todo. Esta bien decir que estás hasta los cojones de algo. Porque con una bebé todo parece que es más intenso y dramático (súmele encima tu tendencia innata a ser una drama queen por definición), sin una válvula de escape las posibilidades de estallar son muy altas. Yo llevo 4 meses imaginándome como una olla a presión hirviendo.

Yo antes tenia aficiones, lo digo en serio, me encantaban los restaurantes caros, pasar el día en Barcelona e ir al teatro. En realidad lo que me gustaba era salir de casa, en exceso. Hoy puedo decir que mi pasatiempo favorito es ver como mi gremlin se echa siestas a lo rollo koala encima de mi pecho. Es casi tan intenso como una obra de teatro en el TNC, solo que las siestas son gratis y van sin IVA. Jamás hubiera pensado que me apetecería tanto estar en casa. De hecho el plan para salir y separarme de ella tiene que compensarme y mucho, sino directamente digo que no puedo, que no me apetece o que la niña hoy tiene un mal día (sin quererlo se ha convertido en la excusa más rápida y efectiva. Y si alguien la cuestiona, pues la verdad es que tampoco me importa mucho).

Ser madre se ha convertido en mi trabajo favorito, y el que sorprendentemente hago mejor. Esto me hace pensar que quizás he sido una incompetente en los otros trabajos, porque estoy segura que este no lo hago tan bien (al menos no lo hago tan bien como el padre que tiene una paciencia infinita cuando la bebé no puede dormir y, en vez de intentar racionalizar con ella como hago yo, la acuna y la mece hasta que se duerme). Ojalá pudiera ser solo eso, ser mamá, sin importar el resto, me gustaría tener tiempo infinito y regalárselo a ella. Como por desgracia esto no es así valoro el tiempo más que antes. Así de rápido te cambia el cerebro al parir, tus prioridades y tu vida en general.

Sé que me vida no volverá a ser como antes. Mi experiencia vital postbebé me ha cambiado. Ahora mismo los niños me encantan (pero creo que solo mi hija y mis sobrinos, así que quizás sigo siendo la misma persona). Quizá por la pandemia o por la maternidad, o por una combinación de ambas, me gusta más que nunca estar en casa. Me he hecho un master en YouTube con Super simple songs, me paso el día cantado Incy Wincy Spider y Arlet se descojona, me invento historias con los peluches (que obviamente todos tienen nombre muy a Los Miserables: elefantine, león Marius, la rana Cossete y el dudú Jan Valjean. Si no sabes lo que es un dudú no te preocupes, significa que no tienes hijos, ya lo aprenderás algún día). Mi hija me mira como si yo fuera la persona más divertida del planeta. Y esto no hay obra de teatro ni Celler de Can Roca que lo supere.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s